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miércoles, 22 de junio de 2011

Málaga C. F.

Panorámica nocturna del estadio de fútbol de La Rosaleda

Cuando acabó la temporada 2009/2010 comenzó a extenderse un rumor por toda la capital de la Costa del Sol que devolvía la ilusión al malaguismo tras el nefasto año: el decimoséptimo puesto de la clasificación, logrado en la última jornada ante un Real Madrid que se jugaba la liga, pero que era consciente que no la ganaría por culpa del F.C. Barcelona.


El rumor que inundaba las calles de Málaga no era otro que la posible venta del club a un jeque catarí. Había mucha ilusión porque en la Premier League a un equipo de media tabla llamado Manchester City lo adquirió otro jeque y comenzó a construir un señor equipazo a base de talonario y, claro, esta ilusión invadió a los aficionados.

Sin embargo, los fichajes realizados no fueron mediáticos ni mucho menos, sino que consistían en jugadores provenientes de ligas cataríes (como es el caso de Quincy, que despuntó en los primeros encuentros y sorprendió con su arrancada, pero los equipos le pillaron el truco y él solito se echó a perder) o de la liga búlgara (como Galatto, un cancerbero brasileño que era todo un festival por alto). En cambio, Jesualdo Ferreira encontró la revelación de la liga: un venezolano llamado Salomón Rondón.

El primer partido de la liga era en casa frente al Valencia y se vio un Málaga claramente desbordado en defensa (1-3).

Así se llegó al partido contra la Real Sociedad (1-2), después del cual fue destituido Jesualdo y se contrató a un prestigioso técnico: Manuel Pellegrini.

Su primer partido en liga fue una victoria y la gente comenzaba a creer que era posible salvarse, porque además se trajeron futbolistas de renombre en el mercado invernal, como Demichelis o Júlio Baptista.

Baptista se lesionó tras el partido contra el Valencia en Mestalla , un auténtico robo de encuentro (4-3), donde el Málaga terminó con 10 y Apoño y Welington fueron sancionados varios partidos por sus declaraciones sobre el árbitro.

Desde aquel encuentro, la cosa fue fatal: se perdieron partidos cruciales (Osasuna: 0-1) o fuimos vapuleados con dureza (Real Madrid: 7-0).

El regreso de Baptista supuso un punto de inflexión en el equipo, puesto que en su vuelta el Málaga derrotó al Mallorca por 3-0 (con doblete del brasileño) y veía posible su permanencia.

Siguieron los partidos contándose por victorias, y Baptista seguía anotando consecutivamente, hasta el encuentro en San Mamés, donde el equipo empató y se salvó matemáticamente.

Llegó el partido contra el Barça, intrascendente total: el Barça tenía la cabeza en la final de la Liga de Campeones.

Desde nuestro punto de vista, se le pone un 5 a esta temporada y sólo nos queda esperar a la próxima, que promete mucho.


¡¡¡ FORZA MÁLAGA !!!




Rubén Ágreda, Jesús Alcoholado y Pablo Carrasco, curso 1BS2.


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